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miércoles, 9 de marzo de 2016




“Hay que cultivar mujeres valientes”


Entrevista con la artista plástica Marcia Salas Vargas, galardonada con el Premio Nacional de Cultura Francisco Amighetti de Artes Visuales 2015
Ministerio de Cultura y Juventud destaca a Salas Vargas como parte de las conmemoraciones del próximo Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo.
San José, 07 de marzo de 2016. El camión de la mudanza estaba pronto a llegar a su destino. Era el año de 1975, y el día de Navidad estaba muy cerca. Mis hermanos y yo íbamos sobre colchones en la parte trasera de aquel camión; era de madrugada, y los rayos del sol se colaban entre las piezas de madera que formaban aquella estructura; lo que nos permitía admirar aquel hermoso paisaje al amanecer.
A lo lejos se veían las montañas sobre el Río Térraba; de pronto, alcancé a ver las palmeritas que se asomaban sobre la cordillera, por encima de aquel río, que parecía una serpiente. Como yo no conocía serpientes, en aquel momento imaginaba que aquel caudal asemejaba una gran lombriz; de esas sí había visto bastantes en la ciudad.
El primer día, después de la mudanza, descubrimos un patio maravilloso; donde conocí las plantas de yuca, el mamón chino, diferentes árboles frutales propios de aquella zona e incluso un sitio mágico, que luego bautizamos como “el bosque de los limones”; un espacio abierto donde había decenas de árboles de limón dulce, cargados de dulces frutos, cuyas ramas rozaban el piso y formaban cuevas. Paso Canoas era un sitio especial, donde nos rodeábamos de niños muy sencillos, podíamos andar a caballo, vivíamos entre vacas y hasta toros; también fue donde conocimos la devoradora marabunta.
Al menos una vez al mes, papá viajaba con nosotros a San José, y tal vez eso fue lo que me hizo comenzar a pensar más en el arte: el paisaje que se proyectaba en la ventana del carro y que observé con tanta atención; en lo que viajaba, veía los caballos y las vacas enmarcados en aquella ventana y precisamente la pintura es lo que más se le parecía a aquel paisaje.
Se describe a sí misma como una persona simple, sencilla, proveniente de un hogar humilde, de padres que le inculcaron una educación basada en valores; así es Marcia Salas Vargas, galardonada con el Premio Nacional de Cultura Francisco Amighetti de Artes Visuales en la Categoría Bidimensional, por la exposición “Pecado Original”, la más reciente muestra de una serie de autorretratos, en la técnica de grabado, que “elabora una propuesta muy sugestiva del revestimiento por medio del vestido del estereotipo femenino del modelo estructurado”, según destacó el jurado del galardón.
“Pecado Original” se une a un grupo de muestras en las que la artista “exorciza su celulitis y sobrepeso a través de una serie de autorretratos, donde el mordiente es el trazo y la repetición la cura”, tal como lo indicó su creadora. La serie inició en el 2000 con “Virtudes y pecados”; continuó en 2002, con “La virtud de pecar” y en 2005 llegó a ofrecer “Pecados virtuales”, muestra con la que Salas recibió el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Artes Plásticas.
Después de su experiencia familiar en Paso Canoas, Salas regresó a San José, cuando entró a la Universidad de Costa Rica, en 1985, a la edad de 17 años. En aquel entonces, ingresó a la Escuela de Artes, específicamente Arte Gráficas; sin embargo, se dio cuenta que esa carrera no la satisfacía, por lo que decidió estudiar las carreras de Pintura y Grabado.
Hasta la fecha, Salas ha ofrecido 21 exposiciones individuales y ha participado en 90 exhibiciones colectivas; asimismo, ha recibido nueve premios nacionales y tres internacionales.
El “Pecado Original” de Marcia. El taller de la artista Marcia Salas, es un aposento en su casa de habitación, ubicada en los alrededores del Barrio Roosevelt. Se trata de una casa en la que inicialmente se abrió espacio total al taller, pero que con el paso de los años, la extensión del área de trabajo empezó a reducirse para dar cabida a una familia, integrada por ella, su esposo, Minor Arias; su pequeña hija, María del Mar, e incluso su mascota, una perrita llamada Frida; todos, personajes representados en la muestra “Pecado Original”.
En ese taller, conviven armoniosamente las pinturas y los pinceles, su mesa de trabajo, las prensas para los grabados, los juguetes de María del Mar, y sus dibujos; los recortes de periódicos, los zapatos y hasta la ropa colgada, que se seca con el calor del sol; reflejo del contexto familiar en que se desarrolló “Pecado original”.
En las obras que conforman la muestra, se puede encontrar a su “Evo”, Minor Arias, que le ofrece a Marcia una manzana; ella se voltea y le entrega una sopa de frijoles; metáfora del intercambio. “Es esta colección no solo se incluye la desnudez, sino que se muestra a la mujer como una fantasía, con sus vestimentas e involucrando también el folclore”, agregó la artista.
María del Mar representa a su “menina” en una de las obras de la colección, junto a su sobrina; mientras que Frida toma un papel secundario en dos de las obras de la artista, “Labriega sencilla” la “Las Infantas Salas”.
La circunstancialidad de la belleza. Descrita a sí misma como “amante de la buena cocina y gordita desde sus primeros pasos”, Salas afirma que la belleza “es un punto de vista y es circunstancial, porque a través de la historia, las medidas de lo que es bello, cambian. La belleza es muy relativa; hay una magia de fondo, que tiene la personalidad de cada ser, que en su interior lo hace ser hermoso, siempre”.
“Uno a los veinte años tiene la belleza de la juventud, pero a los ochenta, esa belleza ya se ha ido; sin embargo, a los ochenta años, también podemos ser muy bellos y encantadores, entonces, depende del punto de vista”, afirmó.
“Tenemos que educar a la niñez y a la juventud a ver más allá de los estereotipos. Me da mucha esperanza e ilusión la niñez, porque por ejemplo, mis exposiciones estuvieron disponibles en el Museo de los Niños, por lo que fueron contempladas por muchos niños y niñas, y nunca se censuraron. Llegaban las mamás con sus niños a observar las obras”, agregó la artista.
“Lo más importante es educar, porque siempre habrá personas que nunca van a salir de los estereotipos, pero una nueva población, con un nuevo punto de vista, es nuestra salvación”, indicó.
Mujeres empoderadas. En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, Marcia Salas explicó que la mujer de hoy “tiene que ser auto determinada. Definitivamente. Ser gestora de sí misma; no esperar que alguien le solucione la vida. Decir, voy a hacer esto y lo hago, porque no podemos pretender que el papá, la mamá o el gobierno, hagan las cosas por uno”.
“Una vez gané un premio en la escuela, por un retrato de mi familia. Me premiaron con una antología de Pablo Neruda, un libro muy grueso, como nunca antes había visto. Al final del patio, sobre una piedra, abrí el libro y me encuentro el poema “Veinte”, lo leo, y pienso “¿Qué es esto tan precioso? Es como un cuento lleno de espacio, donde puedo hacer dibujitos alrededor”. Corrí a la biblioteca de mi papá y saqué todos los libros de poesía que me encontré. La referencia de que era poesía no eran en sí las palabras, sino la cantidad de espacio blanco que enmarcaba aquellos textos. En eso veo “Los pasos terrestres”, de Julieta Dobles, acompañado con los dibujos de Sonia Romero. Aquellos dibujos maravillosos eran divinos y sustanciosos, por lo que traté de copiar cada una de aquellas estampas, con el deseo de algún día poder llegar a dibujar como Romero”, expresó Salas.
“Si una niña decide ser artista, indiferentemente de lo que suceda en su entorno, lo va a llegar a ser, porque la decisión es superior a la mecánica; cuando uno quiere algo y trabaja por eso, lo llega a cumplir. Eso es lo que pienso, hay que cultivar mujeres valientes”, concluyó la galardonada.
Los Premios Nacionales de Cultura son galardones que otorga anualmente el Estado costarricense, a través del Ministerio de Cultura y Juventud, para reconocer la trayectoria de trabajo, esfuerzo, tenacidad y la excelencia a la que han llegado personas, grupos artístico-culturales, intérpretes populares, así como otras organizaciones de base comunal, en diferentes disciplinas culturales.

La gala de entrega de los Premios Nacionales, tendrá lugar el 25 de mayo, a las 7 p.m., en el Teatro Nacional de Costa Rica.

Producción - Oficina de Prensa y Comunicación - MCJ / Consecutivo 074 / FEM / 07-03-2016



viernes, 18 de septiembre de 2015

“Pecado Original”
Marcia Salas
Expo: Pecado Original
Artista: Marcia Salas
Lugar: Galería Nacional, Museo de los Niños.
Inauguración: Viernes 4 de setiembre 2015.
Hora: 7pm
Tiempo del montaje: del 4 al 30 de setiembre 2015.
Grabados de gran formato, 17 piezas.

Su gráfica se caracteriza por una búsqueda constante y reflexiva entorno al cuerpo, sus obras en su mayoría de gran formato (225cm x 145cm la máxima)  reta la estampa con volúmenes virtuosos que invitan al autoanálisis de la propia condición humana, sobretodo de género y mitos de y el tabú de las medidas ideales,  como en el 2000 con “Virtudes y pecados”, en el 2002 “La virtud de pecar”, en el 2005 “Pecados Virtuales” obra que cosecho el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de Artes Plásticas en Grabado, y en el 2015 nos entrega “Pecado original”, donde reenfoca su mirada a nuevos estados de vida como mujer, novia, esposa, madre, para llegar de nuevo a la artista, logrando que el espectador dialogué con su biografía intima y su humanidad ilusionista.
En algunas obras se apropia de las múltiples representaciones históricas, como “Las tres gracias” con sus “Las tres Marcias”, en una de ellas porta la esperanza, su embarazo.    
                      


La reinterpretación de uno de los detalles de “El jardín de las delicias”, en “Contigo bailo la mascarada con maracas de cerezas”, tiene un elemento que en otras obras se obvia, los pies, se retrata a si misma de manera conceptual con su esposo Minor Arias Uva, escritor lírico y amante de las mascaradas costarricenses, ella agrega: “los pies en tierra en una danza eterna, para se viva lo real y el compromiso terrenal de hacernos reír mutuamente”.


Salas no desdibuja ni edita sus cicatrices corporales, las acentúa, y igual que en su cuerpo las exhibe como triunfos sobre la vida, sus huellas son iconos, y agrega: “me gustan mis marcas, cada una me recuerda por que estoy viviendo, la de la pierna por mis padres cuando nací; la de la rodilla por andar en bici, viendo el niñito que me gustaba, la ilusión;  la apéndice por las semillas de guayaba, es el gusto por la comida;  la cesária por mi princesa, que es el verdadero amor y la vesícula por que tenía que acordarme que hay que seguir viviendo”.
 En “Mi corazón es un mango”, una alegoría a la gestación, su rostro esta estampado un pájaro, como símbolo de la libertad y de una vida consiente de los que se quiere. En la segunda parte de su embarazo, el primero de junio de 2009,  convulsiona un par de veces  por eclampsia (presión arterial extrema en el embarazo) y le hacen  una cesárea de emergencia,  su bebita nace con casi 30 semanas de gestación, y de 1050grs, las dos se salvan, Salas vive un proceso de compromiso total con su maternidad por la  presatures de la niña, que la hace retirarse por tres años de la gráfica, pero a su regreso en 2012 es invitada por el Municipio de Alcorcón, Madrid, España,  en una individual llamada “Todas + Todas es = a TODOS”, donde los colegas ibéricos grabadores se sorprenden por la dimensión, y la sencillez del proceso de la estampación.


Su técnica es extremamente simple y agrega: “Para la monotipia entinto un cartón prensado sin talla, donde sobrepongo el pelón, y através del dibujo con un lápiz grafito suave, hago los primeros trazos, que son los responsables de la estampa y continuo haciendo acentos con lapicero negro; hay que tener una católica paciencia tipo claustro, que yo heredé de mi tía Sor Landy, y después de 10 a 14 horas trabajo, quitas el pelón, y ahí esta el fruto del esfuerzo de tus rodillas y de tu alma.”



De niña vive en el trópico húmedo de la Zona Sur, en la frontera con Panamá, (La pollera de los quince”) un pueblo tico-panameño que le da ese variopinto universo, y el sabor de alguien que crece sin apuro urbanos; cabalgatas sin fin en las anchas fincas de sus amigas de infancia.




   En 1987 ingresa a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica, y estudia formalmente las carreras de Pintura y Grabado. Ha realizado veintiuno exposiciones individuales.Tiene noventa
exhibiciones colectivas, diez premios a nivel nacional y tres internacionales, le acompañan, entre ellos: Premio Nacional, Aquileo J. Echeverría de Artes Plásticas en Grabado. Primer lugar “Certamen Universitario”, Universidad de Costa Rica. Primer lugar bidimensional “Dinorah Carballo”, en el Primer Salón Anual de la Asociación Costarricense de Artista Visuales. Segnalato, “Pantagruel Exlibris”, Centro de Cultura y Tradiciones de los Alpes Occidentales, Provincia de Cuneo, Italia; Premio al Mérito, “Internacional Postage Stamp. Desing Contest”, Ministerio de Correo y telecomunicaciones de Japón, Tokio. Japón. “Asociada honorífica” del Centro Español de Arte Gráfico y miembro Fundadora de la Asociación Costarricense de Artistas Visuales.

Trinidad Rivera de Pilón,
agosto 2015

Todas + todas = todos

Todas + todas = todos
Auto - Trazos de Marcia Salas

María E. Guardia Yglesias
Comisaria


 “Mi figura parte del paisaje citadino,
volúmenes tortuosos, tentaciones de Rubens,
atención de ojos que bailotean mis
caderas.” (Pecados virtuales, sfch.)

            El autorretrato es una manera de dejar una huella, una constancia de la existencia, es una forma de revelarse, es testimoniar y contar cómo y qué somos.
            En la Edad Media,  los artistas no firmaban sus obras, pero muy a menudo se  pintaban a sí mismos dentro de la escena. A su vez,  en el Renacimiento, una de las costumbres consistía en que el artista se incluyera dentro de un gran cuadro o firmara sus obras y, para reforzar su autoría como un derecho, se incluía en la escena también. De manera contundente, Marcia Salas también se introduce en escena de cuerpo entero y, además, haciendo una copia al carbón, se retrata doble. Es, se podría decir, una imagen espejo, pero, al contrario de ésta, la imagen no se refleja adelante, sino que se superpone detrás de la otra.
            En un sustrato casi transparente, la artista realiza lo que llama mono-tipias al trazo,  generalmente con materiales diversos, da color, pega o estampa. En estas obras, Marcia Salas aparece revestida de sus atributos físicos característicos que ella además se divierte en resaltar. Su físico, con volumen o sobrepeso, lo asume  como algo natural, es su naturaleza, no reniega de ella y con ironía se mofa cuando escribe: “! Gordita linda! ¡rica de mi alma! Me gritan.” (en el poema Virtud de pecar).  ¿ Será que seré una mujer de extremos/ y me resisto al médium?/ (en Pecados virtuales)
            En obras como las de esta exposición, podemos percibir la madurez técnica y artística de esta costarricense, quién hizo estudios de pintura y grabado en la Universidad de Costa Rica y, además de haber realizado dieciocho exposiciones individuales y numerosas colectivas tanto a nivel nacional como internacional, ha sido nueve veces galardonada por sus obras.
Aunque Marcia no utiliza la luz para capturar la imagen como lo hace la fotografía, sí podemos afirmar que en sus monotipias, sobretodo en las chicas grandes -como ella llama a las de gran formato -, la luz es esencial para crear la transparencia y, como en los antiguos patrones de vestido, pinta y repinta sobre el pelón para que quede marcado al revés, que a su vez, se convierte en derecho, creando una obra muy sui-generis. En algunas, la luz se filtra a través del material traslúcido, formando un fuerte contraste con las zonas de sombra.
Las bellas damas de Marcia no representan damas de la nobleza, cortesanas o heroínas de la mitología. Más bien, sus figuras testimonian o celebran la belleza más allá de las formas y medidas establecidas por la sociedad. Todas las chicas grandes, tienen identidad, son Marcia Salas y, de alguna forma, son Afrodita. Y, parodiando a una escritora conocida, creo que la artista no puede separar el erotismo de la comida y, pretende seguir disfrutando de ambos mientras las fuerzas y el buen humor lo permitan.
Incursiona en la poesía, se deleita, se cuestiona también, pero sabe que su mundo es la pintura: “Frente al teclado enfrento la soledad de la palabra, ¿que le diré? /Mi monitor se queja, bosteza, ríe. /Mis dedos pintores digitan con torpeza esto.”, y concluye:  “Porque no hay nada que hacer,/ por que sabemos que después de esto,/ seguiré pintando”. (en Destino)
“Cuando sea vieja seré la excéntrica de la casa./Seré artista aun no vencida por los años,/la primera que se entusiasma por el alba, y da/ la bienvenida al a la noche, y en su transcurso /daré luz a nuevas obras, que engrosaran/ carpetas, curiosidad entre coleccionistas y/ amigos.” (en Futuro perfecto). 
En esa poesía nos revela también, cómo la rebeldía se ha apoderado de ella desde siempre: “De mí se esperó algo que aun no soy…/Se esperó que fuera hombre/y fui mujer…//Entonces de nuevo se esperó…/Y aun no ordenada, ni sumisa.//Y el siempre sí,/con un considerable no”. (en la poesía Ni). Pero, además se descubre  apasionada amante: “Volvería,/ a tatuar tus brazos de hojas de olivo./ A imprimir cien veces la forma de tus besos. / A delinear en mi mente nuestros últimos sueños.// (en Locura plástica).
Hace mucho, la relación entre Marcia Salas y el arte bidimensional entró en una nueva fase: su trabajo como artista la hace sentirse libre y poder disfrutar de cerca a los que ama: Chiquita y a Minor, asi como lo que ama: el lápiz, el pincel, el rodillo y la buena cuchara en la cocina. Pinta, repinta, traza y, como ella misma dice, sus ropas y su piel se visten de muchos colores, como la primavera.
Estos auto – trazos, evidencian que Marcia es consciente de la importancia de la locura de crear, de lo bello de la existencia y de hacerlo conscientemente, y así disfrutar de los suyos, de la maternidad, de la sensualidad, de lo que la rodea, y, sobretodo, de poder reírse de sí misma, y de la aventura que es vivir.


lunes, 7 de septiembre de 2015

Invitación

Adana Salas, monotipia al trazo, 210x110cm

"La artista", monotipia al trazo, 220x145cm

"La musa", monotipia al trazo, 215x110cm

Contigo bailo las mascaradas con maracas de cereza", monotipia al trazo, 225x145cm

"Evo Arias", monotipia al trazo, 215x110cm

"Huesos", monotipia al trazo, 200x100cm

"Divina familia", monotipia al trazo, 215x145cm

"Pollera de los quince", monotipia al trazo, 215x145cm

"Labriega sencilla", monotipia al trazo, 215x145cm

"Infantas Salas", monotipia al trazo, 215x145cm

"Ninfas", monotipia al trazo, 215x145cm

"LAs tres Marcias", monotipia al trazo, 215x145cm

"Marcia Kahlo", monotipia al trazo, 215x145cm

"Marcianina", monotipia al trazo, 215x145cm

"Mi corazón es un mango", monotipia al trazo, 215x110cm

"Músculos", monotipia al trazo, 200x100cm

"Papa canguro", monotipia al trazo, 215x110cm

domingo, 17 de agosto de 2014

Arte Aplicado

La nueva apuesta de Aldo Nero, arte aplicado, dos de los monotipos al trazo, Marbol y Sapito dorado, en las bolsas de sus zapatos.

jueves, 24 de octubre de 2013

Amigos y maestros, de izq a der, Fabio Herrera, Marcia Salas de la mano con Rafa Fernadez, Isidro con Wong  y don Carlos Poveda, en la inauguración del Studio Hotel, junio del 2011.